No existe una medida estándar para la dislexia. Las asociaciones oficiales de los distintos países, así como sus gobiernos nacionales, no tienen un acuerdo común sobre una forma fiable de medir el número de personas disléxicas y, sin tal medición, la prevalencia de la dislexia parece cambiar de un país a otro (e incluso de una región a otra de un mismo país). The Dyslexia Compass adopta una perspectiva internacional, examinando y comparando lo que varios organismos entienden por dislexia, y cómo la evalúan, para llegar a un entendimiento común que sea satisfactorio para todos y pueda proporcionar un medio para alinear las tasas de dislexia entre los diferentes países.
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Esta perspectiva internacional es crucial. La provisión de dislexia a través de las fronteras nacionales es inconsistente y, por lo tanto, irregular, y hasta que haya cierto consenso sobre qué es la dislexia, este siempre será el caso. Y mientras sea el caso, habrá niños que no estén siendo atendidos adecuadamente. La columna vertebral moral de The Dyslexia Compass es tener en cuenta a estos niños desfavorecidos y, tal vez, proporcionar la base para una mejor ayuda. La dislexia debe entenderse de manera consistente, y las tasas de dislexia deben medirse de manera similar a nivel internacional si se quiere atender adecuadamente a los más vulnerables entre nosotros.
La clave para alinear las diferentes medidas nacionales está en crear primero una comprensión internacionalmente aceptable de lo que es la dislexia. Es importante darse cuenta de que cuando las organizaciones se concentran en diferentes indicadores de dislexia, es poco probable que descubran la dislexia de la misma manera que otras organizaciones, si es que descubren lo mismo. Por lo tanto, es importante hacerse la pregunta: ¿Cuáles son los indicadores que se están buscando en los distintos países?
País | ¿Qué están buscando? | Metodologías |
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Austria | La atención se centra en los trastornos del comportamiento, la comprensión de palabras, la comprensión de frases, la comprensión de textos, la decodificación fonológica, la combinación y la síntesis, la velocidad de lectura, las habilidades de ortografía y lenguaje, el pensamiento lógico, la velocidad de procesamiento y las habilidades de memoria. Se revisa la ortografía y se verifica la velocidad de lectura. | Se realizan pruebas de comprensión y precisión de lectura, y se utilizan pruebas de inteligencia. En Austria es común utilizar un “modelo de discrepancia”, buscando desajustes entre la capacidad intelectual y el éxito escolar. |
Croacia | Se analizan la memoria fonológica, la conciencia fonológica, el procesamiento y la decodificación, así como la fluidez en la lectura y escritura, la comprensión de textos, la memoria de trabajo, la denominación de letras, la repetición de frases y pseudopalabras, la percepción visual y la rapidez. | El dictado se usa para evaluar los rasgos disléxicos, al igual que las tareas de escritura focalizadas. |
Dinamarca | [No hay suficiente información disponible] | Se utilizan pruebas de lectura, reconocimiento de palabras (con imágenes), ortografía y pruebas de ortografía sin palabras, así como una serie de pruebas fonológicas. Hay un sistema codificado por colores de la "gravedad de la dislexia", que va desde "verde" (dislexia leve) pasando por "amarillo" (dislexia moderada) hasta "rojo" (dislexia grave). |
Francia | [No hay suficiente información disponible] | En Francia sólo se investigan las dificultades que se manifiestan en un niño disléxico. Las pruebas son realizadas por médicos. |
Alemania | [No hay suficiente información disponible] | En una amplia muestra de niños alemanes, la prevalencia de la dislexia se situaba entre 1,91 TP2T y 2,61 TP2T cuando los criterios utilizados incluían una puntuación de lectura de 1,5 a 1 desviación estándar por debajo de la norma y un rendimiento promedio en al menos otra medida cognitiva. Sin embargo, la tasa salta a un rango de entre 7,11 TP2T y 15,61 TP2T si solo se utiliza la puntuación de lectura de 1,5 a 1 desviaciones estándar por debajo de la norma, sin un “modelo de discrepancia”. En Alemania no existen directrices nacionales sobre cómo realizar las pruebas, qué desviaciones estándar utilizar y si se deben emplear modelos de discrepancia. |
Noruega | Los evaluadores comprueban aquí la capacidad fonológica (decodificación, combinación, identificación, manipulación, conciencia...), la fluidez y la comprensión de la lectura y la escritura, el reconocimiento de letras, el reconocimiento de pseudopalabras, el reconocimiento de patrones ortográficos, las habilidades de memoria verbal y a corto plazo, y cuestiones de fondo como el entorno familiar, los problemas de salud mental y las habilidades lingüísticas en general. | Los especialistas noruegos recurren a entrevistas con profesores, alumnos y padres. Se utiliza una serie de evaluaciones fonológicas, de lectoescritura y de memoria, que se centran no sólo en los puntos débiles sino en los puntos fuertes potenciales de los niños evaluados. |
Rumanía | Las pruebas para detectar la dislexia suelen buscar la velocidad y la comprensión de la lectura, pero también la precisión lectora. Otros aspectos que se evalúan son los trastornos de la pronunciación (dislalia), las habilidades orales, los retrasos en el desarrollo del lenguaje, la adquisición de vocabulario y el reconocimiento de fonemas. | Rumania adopta un enfoque discursivo, organizando reuniones con padres y terapeutas, profesores y alumnos. Se hace hincapié en las pruebas psicológicas y se utilizan ejercicios lingüísticos no especificados en el proceso de identificación. Los trastornos de las habilidades deben durar al menos seis meses para ser considerados como dislexia, incluso mientras se proporciona una intervención especializada. |
España | Los evaluadores buscan primero el reconocimiento de las letras, luego la capacidad de distinguir pseudopalabras, luego el reconocimiento y la competencia gramatical, luego la competencia sintáctica y finalmente la comprensión. Buscan la capacidad de lectura y escaneo visual, pruebas de escritura y ortografía, ejercicios que prueban la consistencia motora, la copia, la rapidez para nombrar, habilidades de secuenciación, matemáticas, el ritmo y la historia personal. Las investigaciones indican que también evalúan la audición, aunque no parecen nombrar el procesamiento auditivo o los problemas de audición entre los signos de dislexia que buscan. | Las pruebas se basan en el historial clínico del sujeto, su capacidad de leer, escribir y hablar, sus habilidades matemáticas, su gestión del tiempo, su organización personal y sus habilidades cognitivas, como la memoria, la atención y la concentración, la percepción, su orientación espacial, su coordinación psicomotriz y su capacidad de secuenciación. Se utilizan cuestionarios, así como preguntas orales, que miden la capacidad del alumno para seguir instrucciones y copiar, y pruebas oficiales sobre “tres componentes fonológicos independientes de la lectura”. |
Suecia | Los evaluadores comprueban aquí las capacidades fonológicas (decodificación, combinación, identificación, manipulación, conciencia...), junto con la fluidez en la lectura, la escritura y la ortografía, las habilidades de comprensión auditiva, la capacidad de leer palabras presentadas rápidamente, la capacidad de leer y distinguir pseudopalabras y no palabras, el reconocimiento de patrones ortográficos, las habilidades de la memoria de trabajo y factores de fondo como el entorno familiar, los niveles generales de confianza y los problemas de salud mental. También se comprueba la capacidad de distinguir entre homófonos, así como las habilidades lógicas y de percepción, las habilidades auditivas, visuales y de atención, y la conciencia espacial. | Se emplean pruebas nacionales estandarizadas, junto con exámenes pedagógicos y de un equipo de salud escolar, entrevistas con padres, alumnos y profesores, y una comparación de la lectura y la escritura con otras habilidades académicas. |
Reino Unido | Se analiza una variedad de habilidades, que incluyen, aunque no son exclusivas: conciencia fonológica, memoria fonológica, memoria de trabajo, velocidad de lectura y fluidez de lectura, búsqueda de palabras en cadenas de letras, habilidades de ortografía, variedad de vocabulario y vocabulario receptivo, escritura, escritura a mano, y formación de letras, control motor, sentido del número y capacidad matemática, lógica y razonamiento, velocidad de procesamiento cognitivo y capacidad/déficit de denominación rápida. | Se utiliza una mezcla de pruebas psicométricas y de inteligencia, midiendo diferentes formas de inteligencia. También hay pruebas de control motor, pruebas de memoria, pruebas de lectura y escritura, y pruebas de secuenciación (búsqueda, clasificación, emparejamiento, etc.). A menudo, aunque no siempre, hay que realizar mediciones que pongan de manifiesto las diferencias entre los "déficits disléxicos" y otras habilidades cognitivas no deficitarias (modelo de discrepancia). |
En cuanto a las consideraciones metodológicas, destacan tres puntos principales: si se debe utilizar un modelo de discrepancia; si se deben utilizar intervalos de confianza; y qué tipo de desviación estándar de la norma de lectura se debe utilizar.
Todas estas cuestiones son fundamentales para conseguir una alineación entre las diferentes mediciones nacionales, una alineación que contribuirá a mejorar las adaptaciones para los niños disléxicos europeos, que están desatendidos. The Dyslexia Compass ayuda a unir la comprensión y las mediciones, reuniendo las diferentes definiciones y mediciones nacionales de la dislexia, y ayudando a proporcionar la base para unas adaptaciones coherentes e internacionalmente aceptables.